"La
verdadera poesía, es su estado mental, ahí donde empieza la verdadera
naturaleza". (Ditmar Castro Villena)
VI
Es por morir
que nacemos
dibujándonos
de mudez
desvaneciéndonos
como plagas negras
Abrumados de
armoniosos nervios
Dejando de observar alondras obsequiadas
/alas ácidas
que medran con los sauces/
-Las polillas se alimentan de
nosotros y de algo más-
VII
SIGNIFICADO
Oye el
firmamento
Todo cambia
hasta las
estrellas
Todo es cítara
/sin vocales/
Ubica el
misterio
/marejadas
de ALMAS en
polvo/
Abre tu
ventana
el
cielo se fuga y queda
en los dedos
como excusa
/versos tiesos/
breas de
angustia
se calientan a extremo
en longitud y medida
&&
Se ha destilado el cuerpo sobre una piedra
Una roca
silenció la voz de las camelias
Saca un pincel
dibujaremos distancias
pintando
rimas a una tonsura vacía
Despierta la
música enmoquetada
/voz de
nadie/ - deja que la niebla ate y quiebre
La planta de los pies extraviados
Nadie puede
ser nítido en las sombras
solo yo
el ido
Ditmar
Castro Villena. Licenciado
en Lengua y Literatura de la UNA-Puno. Cuenta con estudios de Maestría en
Lingüística del Texto en la UNSA-Arequipa. Es parte del Colectivo MAZTIL, junto
a otros reconocidos actores de la movida cultural puneña, colaborando en la
revista del mismo nombre. Los poemas publicados forman parte de su primer libro
titulado Neurastenias de un individuo solo (Cuervo Editores, Arequipa,
Puno, Perú, 2014).
"En
cualquier momento se escribirá un verso, que pondrá en duda el mundo".
(Carlos Mendoza)
Los poetas callan
Los poetas
callan
los poetas
ladran
hacen
malabares para colgar la sonrisa de quien sea
en el cielo
de quien quieran
pero ellos
no hablan
los poetas
son como el quáker / espesos
crean cielos
de ternura
también
impiedad en el infierno
pero ellos
no aman
aman sus libretas
sus bocetos
sus accidentes gramaticales
su
café
su
humo disgustado
el
alcohol desesperante
porque son y
es que son solo
su manera de
joder al mundo que los parió
Coloquio último (poema narrado)
Ella dijo:
Si alguien pregunta por
mí dile que ya he muerto
Extendió sus
alas / echó su cabeza y sus cabellos quedaron dispersos sobre la tibia almohada
Yo respondí:
Si alguien pregunta por
ti diré que has muerto un millón de veces
En una
atmósfera cálida y suave Sobre una cama imparcial sobre un colchón
alcahuete entre las sábanas de mi cuerpo Ahorcada por los más
sutiles sueños Con un beso negro a la altura de tus pechos Si alguien
pregunta por ti diré que has muerto a manos de un poeta
Necesidad
No necesito
nombrar a Rimbaud o Eliot
puedo nombrar
a
Simón
Rodríguez / eres una habitación de tibios
adobes
donde mis
versos viven
en ti amo
las palabras /
o
Lolo Palza /
no te hablo del sol porque ciegos quedan
nuestros
ojos
te acerco la
tibieza de la madrugada
el color
rosado de nuestras paredes /
Y tu
indolencia se configura con estos versos
también
T
E
N
E
C
E
S
I
T
O
(De: Canto pedestre)
Carlos Mendoza (Ayaviri, Puno, 1990) Ha
publicado los libros de poesía Cuerpo
enamorado (Grupo Editorial Hijos de la Lluvia, 2010), Canto pedestre (Grupo Editorial Hijos de la
Lluvia, 2012), 15 poemas para acompañar la soledad (Grupo Editorial Hijos
de la Lluvia, 2013). Colabora en las ediciones de la revista de literatura La rama torcida. Es director de la
revista de literatura Cavernario. En
poesía tiene Pobresía, para su
respectiva publicación y acaba de concluir el libro, Desierto de ceniza.
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